EL DORADO SOCIOLOGICO
Novela Ficción
PROLOGO
Es cierto, vivimos en un mundo acelerado, en el que no nos damos cuenta, siquiera de la
salida del sol; las grandes ciudades con sus ocupaciones nos requieren un ciento por
ciento y no nos dan el tiempo suficiente para contemplar la madre naturaleza, sin embargo,
hacemos los esfuerzos y a pesar de tener cada vez menos tiempo los citadinos, así lo
hacemos, nos volvemos a ella para defenderla, convivir, admirarla más de cerca y los que
viven aún en los suburbios, hacen lo propio, al estar vinculados con la vida de las urbes
y su desarrollo, por esto vemos como inocentemente y con desconocimiento, la vida en
las villas apartadas de la congestión de las metrópolis, las que se distinguen por su quietud
y sobriedad, adornadas por la grandeza de la naturaleza, allí a veces si pasan cosas que
merecen ser tenidas en cuenta como unas notas importantes en nuestras vidas y que van
a parar como testimonio sublime en las páginas de la historia. La humanidad, su
desarrollo, sus progresos, aventuras y fracasos, así como el despertar grandioso del sexo,
aditivos y sus vicios que vienen con el transcurrir de la vida como si fuese un reto para las
gentes que nacen puras, limpias, bellas e inteligentes, empero como en todos los
estanques, aunque el agua que cae allí sea pura y cristalina, se van creando cuerpos,
sedimentos en el fondo y en sus paredes y si no se limpian a tiempo, pues se corre el
riesgo, de que hasta el agua pura y cristalina se pueda corromper, por esto debemos
estar alerta, limpiando las impurezas que nos puedan afectar la felicidad y nuestras vidas.
El Autor,
EL DORADO SOCIOLOGICO
Que voy a escribir no lo sé, lo que salga como dicen los pintores y los escritores, como
Cervantes, sin embargo hay algo que comencé en Nueva York años ha y ahora el destino
quiere que lo concluya en Bogotá, donde me encuentro como los del "Salario del Miedo"
esperando un dinero para poder regresar a los míos Manhattan. Mi computador esta
atiborrado de escritos, libros, política, novelas, poemas, etc. que se han quedado día
a día, ahí incrustados y sin revisar, novelas que escribí en años pasado, cuando la
Semana Santa me agarraba estando en Bogotá, así en este Abril del 2003 también me
ha vuelto a agarrar...por lo que aprovecharé para concluir mi novela que comencé en
Nueva York, cuyo nombre es El Dorado. Sí El Dorado, es algo para todos los lectores muy
conocido, empero, en esta época trataré de hacerle distraído su tiempo al lector, mientras
discurre leyendo para que ustedes aplicando su imaginación tal como lo estoy haciendo.
En fin, el amigo que nació en Nueva York, Condado de Brooklyn, llega a este mundo, en esa
vera, de padre Irlandés y madre Colombiana, sin embargo por la situación geográfica, este
ciudadano estaba lleno de todas las conexiones, familiares, amigos e información completa
sobre Colombia, así como de Europa, Irlanda, su país paterno. La razón, en el medio en que
creció Louis Hamilton y a quién en adelante llamaremos Hamilton, allí pululaban los
inmigrantes documentados e "indocumentados" como se les suele llamar a quienes viajan a
los EE.UU. sin visa, en busca de un mejor vivir económico para luego después de años
legalizar su status.
En todo este ir y venir muchas de estas amistades muy cercanas a la madre Colombiana,
una mujer muy linda llamada Teresa Caballero, lo que hacía que muchas de las veces su
marido Louis Hamilton Sr. Se molestara con tanta historia sobre Colombia, los colombianos
y sus problemas de violencia, narcotráfico, y el consabido estado socavando del
presupuesto con muchos “affaires”, desfalcos, estafas y el tráfico de influencias, mientras el
Presidente Democrático de turno, se rasgaba las vestiduras propendiendo por la vida
cristalina, toda de vidrio, de pureza y de transparencia, empero, los periódicos y las
noticias decían lo contrario y hacen ediciones dedicadas a los escándalos de los robos
en los puertos, en las entidades de gobierno, los empréstitos internacionales, todo conlleva
a la coparticipación de los "garantes" en el Estado, lo cual pone en aprietos al digno
Presidente de turno.
En fin, para los colombianos en el exterior la violencia es un estado de vida en su país de
origen y estén donde estén esa es su meca, el hablar de la violencia, sus atrocidades y la
incapacidad de encontrar soluciones; sin embargo el Colombiano sigue más colombiano
cuando esta fuera de su país y demuestra su amor por la patria, su nostalgia y lamentaciones
siempre viven en ellos a toda prueba. Los informes sobre el tráfico ilegal de drogas, los
miembros... Llamados terroristas como la MAKARENA, el FML, los maramilitares,
comúnmente llamados los "Maras", la delincuencia común, todos estos grupos los cuales
no se distinguen entre sí, en cuanto a atrocidades se refiere pues, dentro de su record llevan
la más negra de las páginas de su historia como los más viles criminales de la historia
universal. No se les conoce gratitud a sus hermanos los mismos colombianos, sino un odio
que ha producido el estado a través del cual estos grupos al margen de la Ley, gozan
acribillando sus hermanos como un acto de que alguien tiene que pagar los platos rotos y
en este caso siempre le toca al pobre "José Dolores"; en fin, con estos considerandos se
llevan nuestro Hamilton Jr. con todo lo anterior los colombianos hablaban
de las riquezas de su país, de las propiedades de los hacendados, de los feudos, latifundios,
minifundios, etc., de las riquezas geológicas, muchas de las veces exageradas, de lo que
quedó, pues, afirman que el oro y los tesoros se lo llevaron los españoles, durante el tiempo
de la conquista y sólo les quedan las reservas que contienen las minas de esmeraldas más
grandes del mundo, así como sus yacimientos de petróleo, también exagerados y sus mares
que no utilizan, pero que cubren las costas del pacífico al occidente del país y el mar del
atlántico, la costa norte y el Amazonas en Leticia, su puerto en el sur del país, lo que forma
con el Orinoco en la frontera con Venezuela, casi una península, amén de la historia de El
Dorado...
De modo que los secretos y riqueza de sus suelos de las frondosas montañas, valles y
sus misteriosas selvas de las que habló en la Vorágine José Eustasio Rivera que sirven
de marco geográfico en el país; los blancos, los indios, los negros, los mestizos, las
mujeres muy lindas, para demostrar la madre de Hamilton Jr., con una raza blanca y la
mestiza hacen que la belleza de ese país sea único en el mundo. De modo que muchos
amigos y familiares acudían frecuentemente a la casa de Louis Hamilton Jr., también
escuchaba él, y cómo los colombianos y con qué pasión describían a los líderes de la
Independencia, Bolívar, Santander, los héroes, Antonio Galán (El Comunero)el primero
que habló en América de" el americanismo en América"; Policarpa Salavarrieta, Antonia
Santos, Rosa Zárate, etc., y más tarde en nuestra independencia, Ricaurte, San Mateo,
Atanasio Girardot, y luego el mártir Uribe Uribe hasta llegar al siglo XX donde apareció
ese líder de las multitudes Jorge Eliécer Gaitán, único defensor leal de las clases
trabajadoras colombianas y de la América, quien fuera vilmente sacrificado el 9 de Abril
1948 noticia de la cual el mundo entero lo sabe...
Todas las historias sobre este país, así como sus famosas universidades, colegios,
historiadores, intelectuales, desde el Virreinato hasta nuestros días en que contamos con
escritores de la talla de García Márquez y miles otros más, además de poetas, inventores,
atletas etc., era un llamado a las inquietudes para Hamilton Jr., quien a su vez, una vez su
padre falleció, emprendió las de Villadiego, a donde está el verdadero Dorado, de que
todo el mundo habla y nadie lo había encontrado, de modo que atraído por esto resolvió
Hamilton Jr. viajar a Colombia en busca de todas las fortunas que conlleva (El Dorado)
donde según la leyenda de los Jefes Indios se bañaban en lagos encantados, llenos de
piedras preciosas y al bañarse cubrían sus cuerpos con polvo de oro, lo que hacía que a
la vista de los indios, quienes testificaban todas estas versiones, éstas riquezas tan
apetecidas por el mundo de los crédulos, pues le quitaban el sueño a los soñadores de
riquezas exóticas. Entre tanto "Hamilton”, quien había recibido una confortable herencia
de su señor Padre y del trabajo de su Madre, Doña Teresa Caballero, quien ocupaba
un puesto distinguido en lacomunidad Irlandesa y Latina del Condado de Brooklyn donde
siempre ha vivido; entre tanto Hamilton Jr. disfrutaba de una amplia comodidad económica,
y luego de haber vivido su vida de joven en Los Estados Unidos, de haber cursado sus
estudios de High School y en la Universidad de Nueva York y al haberse graduado en
antropología, seguía él siempre pensando en las tierras colombianas, sus montañas y
sus selvas y en el misterio de El Dorado, creía él que dados sus conocimientos, éstos le
llevarían a su descubrimiento y luego de disfrutar esa vida Neoyorkina, se sentía con un
vacío muy grande, pues nunca había conocido Colombia, siempre que trato, algo se le
interponía y fue así como organizo finalmente su vida económica, se dio sus trazas para
que los dólares le llegaran a Colombia, por medio del CitiBank sin ningún problema y así
financiar sus expediciones desde Bogotá a los diferentes lugares de Colombia a donde
sus lecturas históricas o los cuentos de los nativos le llevasen.
Pues Hamilton viajó a Bogotá, con su español y su acento, parecía un tractor dañado
cuando hablaba, pero las gentes y como dicen los artistas que una de las condiciones
para la simpatía y belleza de las personas es que se adornen con un idioma extranjero,
es decir, que hablen con acento, claro que Hamilton cayo muy bien, se hospedó en un
hotel regular, pero decente llamado Hotel Monserrate, en honor del Señor de Monserrate
que aparece en uno de los cerros más altos al oriente de la ciudad de Bogotá en el
"Down Town " y en donde hay una linda catedral estilo español, a donde las gentes suben
todos los Domingos a pedirle sus milagros al Cristo Señor de Monserrate. En fin, Hamilton
ya instalado, fue conociendo gentes de la ciudad y la forma de la ciudad, no quiso buscar
familiares o recomendaciones de amigos, pues éste era un varón lleno de vida y bríos a
quién el miedo no conocía, quizás por ser hijo de Colombiana y de Irlandés, ojos verdes,
tremendo cruce, pues lleva una buena sangre.
Entonces vinieron apareciéndole nuevas amistades, por simpatía o por la atracción a
su dinero, pues un país en desarrollo, donde el desempleo además del terrorismo,
pululan por doquier; la aparición de un gringo colombiano, dispuesto a dialogar y a
gestionar en sus empresas, era la mejor bienvenida del planeta. Fue así como
comenzaron a llegarle toda clase de individuos versados en eso de la manigua, los
secretos de la selva, las fuentes del oro en las lagunas secretas, de los Llanos
Orientales, del Amazonas, su selva inexpugnable, Muzo y sus minas de esmeraldas
las mejores del mundo; la ciudad perdida en Santa Marta, todos estos lugares mantenían
ardiendo el espíritu y el ánimo de Hamilton quien una vez en su hotel Monserrate,
localizado en la parte antigua de la ciudad de Bogotá, éste comenzó a descubrir los
secretos de la ciudad, sus bondades y más comúnmente sus peligros...La ciudad es
grande como cualquier ciudad del planeta, pero requiere muchas seguridades, es
menester no caminar solo por las calles en horas de la noche, a las 6 de la tarde cuando
el día comienza a esconderse, las gentes se adentran en lo profundo de sus hogares o
sus cuatro paredes...no tanto a disfrutar de las comodidades de la vida, la televisión,
la radio, sino a protegerse de los peligros de la noche, pues los amigos de lo ajeno,
los criminales, los terroristas, aparecen como los murciélagos y aprovechando la
oscuridad, hacen presa de los inermes. Las autoridades no son suficientes para
contrarrestar el mal, el mismo que crece en medio de la sociedad que habla de trabajo
y hasta de política internacional. Louis Hamilton Jr. debió acostumbrarse, sin embargo
ya con una serie de amigos y amigas...y una querida novia, a menudo emprendía sus
incursiones por el mundo de la bohemia nocturna y siempre como dicen en Colombia
" Dios Protege a sus Borrachos", siendo así, que siempre nuestro amigo Hamilton llegó
sano y salvo al Hotel Monserrate. Ya en el hotel lo conocían y ya los conserjes se
mantenían, inclusive, preocupados cuando la hora de la noche se adentraba y nuestro
amigo Mr. Hamilton, como familiarmente y con cariño lo llamaban, no llegase.
Hasta aquí todo iba muy bien, para nuestro amigo Hamilton Ahora viene lo de sus
incursiones por él y hacía el interior del país, en especial a los lugares más apartados de
su Capital Bogotá, pues no le interesaba mucho visitar la multiplicidad de ciudades que
tiene Colombia, como Cali, Cartagena, Barranquilla, Santa Marta, Medellín. Ibagué,
Armenia, Pereira, Cúcuta, etc., a él le interesaba más visitar los lugares aquellos donde
la fábula,el misterio pudiesen llevarlo a encontrar su tesoro "El Dorado". Lo demás, lo
dejaba a los turistas, por todo esto veremos en los próximos capítulos, lo acontecido en
sus primera salidas a los territorios nacionales, los que están en la selva, y lo que viene
aconteciendo en este país de contrastes como lo llaman los colombianos donde la lógica
no es verdadera fuente de la sabiduría, pues aquí no funciona, aquí la manzana cae hacia
arriba si Newton hubiese nacido aquí, jamás hubiera podido descubrir su teoría de la
fuerza de gravedad, pues aquí los cuerpos caen hacia arriba, ejemplo, si un ministro la
"embarra" y está muy dentro del régimen, lo más probable es que al día siguiente lo
nombren embajador... luego los cuerpos caen hacia arriba desde los tiempos de la
colonia...Veremos también algo sobre su vida en Brooklyn. Una vez Hamilton en Bogotá,
su Capital, una de las más bellas de Sur América y del mundo, un habitante de Brooklyn
Manhattan, el centro del mundo, desde Nueva York, se desplazó a la ciudad de la
altiplanicie de Bogotá, luego de haber estudiado todos los factores históricos y de
escuchar las gentes que de esa ciudad Bogotá abundan en Nueva York, en Brooklyn,
en el Condado de Queens.etc. A pesar de ser Colombia, ésta la verdadera tierra de
El Dorado, es mucho lo que se ha especulado con esta leyenda, en que los
colonizadores estuvieron muchos lustros buscando el oro, ese oro en que los nativos
se bañaban en…
Por Lyonel Laverde
Bogotá, Colombia
Dic. 2007
www.Lyonellaverde.com
Nueva York, Manhattan
Enero 20, 2005